En verano es muy habitual acudir a piscinas para refrescarnos, lo que no nos damos cuenta es que, al ser sitios tan concurridos de gente, son un punto clave para la proliferación de hongos. El salir y entrar a la piscina pisando el bordillo, el sudor, la humedad y el calor son sin duda los agentes perfectos para que nuestro cuerpo sea más susceptible de sufrir de hongos. Aunque suele resultar casi imposible evitarlos, es importante seguir algunos pasos para evitar el contagio de hongos, como por ejemplo:
