Hoy dedicamos nuestro post a hablar de la erupción polimórfica lumínica, conocida como alergia al sol. Se trata de una reacción anormal de la piel que se produce al exponernos a los rayos UV. De ahí que sea una reacción especialmente visible en verano.
Su manifestación:
Normalmente no es una reacción inmediata sino que suelen notarse sus efectos pasadas unas horas o incluso días tras la exposición solar. Una alergia solar suele derivar en picor, dolor y rojez en la zona afectada. Si se trata a tiempo, no tiene porqué derivar en un problema mayor, pero si no se trata puede degenerar en enfermedades graves de la piel.
Tipos de alergia:
Según el aspecto de las lesiones, distinguimos entre 3 tipos de alergias:
- Urticaria o sobreelevación de la piel en forma de habones.
- Placas escamosas inflamadas.
- Alergia ulcerosa
Diagnóstico:
Para realizar el diagnóstico a la alergia al sol, habrá que analizar el historial médico y si fuera necesario, exponer la zona afectada a un proceso de foto provocación. Antes de nada, es necesario descartar otros posibles factores que hayan podido producir la alergia.
Tratamiento:
Si sufres de alergia al sol, consulta a tu médico o farmacéutico. Generalmente, con la toma de corticosteroides o antishistamínicos aliviarás el picor y/o la inflamación. Pero debes saber que así no curas la enfermedad, solo la enmascaras.
Prevención:
Al tratarse de una reacción producida a causa de la radiación solar, el mejor tratamiento es la prevención en la exposición al sol. Se aconseja:
- Evitar la exposición excesiva a los rayos del sol
- Usar gorro, gafas de sol y protectores solares
- Evitar el uso de perfumes, desodorantes y cosméticos al tomar el sol.
- Consumir antioxidantes que te ayuden a proteger la piel de las temidas quemaduras solares.
A parte, existen tratamientos terapéuticos específicos, como la fototerapia, que preparan tu piel para el verano. Si tienes dudas o quieres hacernos alguna consulta, ponte en contacto con Farmacia NG desde AQUÍ.