La higiene bucal es fundamental. Nuestra sonrisa es la carta de presentación, por eso, lucir unos dientes sanos y limpios es imprescindible.
Pero, ¿cómo cuido mi sonrisa?
La clave es seguir una rutina diaria de higiene bucal. El segundo paso es visitar al dentista al menos una vez al año para que te realice una revisión y una limpieza bucal más completa que la que tú puedas realizarte diariamente.
Debes ser constante en la limpieza de tus dientes y encías para evitar desde complicaciones leves como la formación de sarro o alguna caries, hasta problemas más graves como halitosis, gingivitis, periodontitis, etc.
Si notas que te sangran las encías, si están inflamadas, si se te mueve alguna pieza dental o si sientes dolor al masticar, debes acudir a tu clínica dental inmediatamente. Si dejas que la enfermedad avance, puedes incluso perder piezas dentales o desarrollar otras complicaciones bucales más graves.
Detengámonos en la gingivitis...
La gingivitis es una enfermedad periodontal que se produce ante el excesivo depósito de placa en los dientes. Si la placa no se quita, se convierte en un depósito duro (sarro) que queda atrapado en la base del diente. Como consecuencia, las encías se inflaman, enrojecen y sangran y notas las encías más sensibles.
El tratamiento de la gingivitis es muy sencillo: hay que reducir la inflamación y para ello el higienista dental realizará una limpieza bucal. Tras esa limpieza, es importante que mejores tu cepillado y que hagas uso de productos farmacéuticos elaborados específicamente para tratar la gingivitis, como enjuagues bucales y dentífricos. Para evitar dañar tus encías inflamadas, usa un cepillo suave.
El mejor tratamiento es la prevención...
Una buena higiene bucal te ayudará a prevenir la gingivitis. Es importante que cepilles tus dientes tras cada comida principal (al menos tres veces al día), que pases entre tus dientes un hilo o seda dental al menos una vez por día y que termines tu higiene con un enjuague.
Si eres propenso a padecer gingivitis u otras enfermedades periodontales, completa tu higiene con un cepillo interdental e incluso utiliza un irrigador.
Recuerda cambiar tu cepillo cada 2-4 meses o antes, si está muy desgastado.
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