La diabetes es una enfermedad crónica que cambia la forma en la que nuestro organismo metaboliza la glucosa para formar la energía. Como decíamos, es una enfermedad crónica que no se curará con ningún tratamiento. Se trata de una enfermedad progresiva que si no está tratada puede provocar serias complicaciones.
Es importante encontrar el tratamiento que ayude a controlar los niveles de glucosa en sangre.
Las personas que no padecen de diabetes, tienen los niveles de glucosa normales, pero los diabéticos tienen estos niveles muy altos. Estos niveles altos vienen provocados porque el páncreas no produce la insulina suficiente o la que produce no se metaboliza de forma correcta. Cuando los niveles de glucosa en sangre son altos, el cuerpo la desecha mediante la orina. Debido a esto se pueden producir algunos de los siguientes síntomas:
- Sed
- Orinar con frecuencia, más de lo normal.
- Hambre.
- Pérdida de peso sin motivo aparente.
- Cansancio, más de lo habitual.
- Heridas que no cicatrizan o lo hacen muy lentamente.
- Piel seca y escamosa.
- Pérdida de sensación en los pies u hormigueo en pies y manos.
- Disfunciones sexuales.
- Visión borrosa.